Q.E.P.D. primo

Sábado 23 Agosto - Me había alistado desde la mañana para estar puntual a la boda de mi primo Marco, quien de hace mucho no veía; y esta ocasión era un pretexto perfecto para saludarlo y darle el pésame correspondiente.

Salí a la casa de mi enamorada, un viaje largo por cierto, me encontré con su papá en el parque frente a su casa, conversamos un rato, plática muy amena, son esos momentos en que uno se da cuenta de la armonía que existe entre su familia y yo. Su mamá salió, preocupada que me ensuciara me hizo entrar, accedí.

Espero que mi amada termine de almorzar, algo que se suponía que ya lo había hecho, pero ya la conocen, se hace esperar. Converso con su mamá mientras se cambia y maquilla, hablamos de todo un poco, risas, consejos, algo que no siempre se oye. Entra su papá y la señorita aún no baja, mirando la televisión me quedo, siempre atento a como pasan las horas.

- LLegaremos tarde, -me dije, siempre trato de ser puntual-

Al rato baja, renegando la chiquita, salimos y pedimos un taxi para Miraflores. Llegamos a tiempo según la invitación, saludo a mi tíos, a mis primas y al novio, Marco, que me dice:

- Primo, cuando quieras casarte, pásame la voz, yo te daré algunos consejos ...
- Me imagino, -lo interrumpo- seguro me dirás: "primo no te cases, piénsalo bien...¿estás seguro?". - Risas.
- Sí, me lo han dicho 50 veces en estos meses.

Hacía frío y me fui a tomar un rico capuccino con mi Karlita, ella pidió americano; el tiempo se nos pasó volando, pero el café estaba delicioso. Volvimos, empezó la misa. Nos sentamos delante, para no perder detalle alguno y para tener buenas tomas. Durante la misa miraba a mi Karlita y con los ojos nos decíamos que algún día, si Dios lo permitiese, estaríamos en el lugar de ellos, con nuestra familia y amistades en nuestro lugar actual.

- ¿Me amas? -me pregunta-
- Sí -le respondo, mirándola con ternura-
- ¿Siempre me vas a tratar bien, como una princesita?
- Claro, y lo sabes
- ¿Te casarías conmigo?
- ¿Me estás proponiendo matrimonio? yeeee -contento le respondo, hago una pausa- Ya te jodiste -ambos sonreimos y nos besamos.

Terminó la misa, ya son esposos, una nueva vida conmienza para ellos, ojalá les vaya bien. Entramos al Salón parroquial, todo normal hasta que sus amigos de la F.A.P. hacen una tradición, inesperada para algunos (invitados, mozos e incluso la novia), el de hacer el brindis y romper las copas aventándolas al piso; eso estuvo bueno.

Dimos un par de vueltas antes de llegar a la recepción, es tranquilizante estar con tu pareja en la noche caminando agarrados de las manos por lugares bonitos, sin preocupación alguna. Ojalá se repita.

Llegamos, esperamos sentados en una mesa a los novios, llegaron, y vaya que se tardaron en subir. Empezaron los bailes y felicitaciones tradicionales, empezaron dando bocaditos, uhm ya era hora, nos cambiaron de mesa para cenar, que rico, me encuentro con mi tía Marlene, que me saludo muy cariñosamente, nos nos veíamos desde más de un año o dos, hace lo mismo con mi Lita, me quiere mucho y lo demuestra, le dice a Lita que me cuide, que sabe que me ama como yo a ella. Me sentí bien por eso. Gracias tía.

Bailé, comí y tomé un poco, ya saben, me cuido. La pasamos super bien, ya era hora de irnos, ver casarse a uno cansa, hace pensar mucho, la vida es corta y hay que saber aprovecharla y sacarle el jugo, sino el tren se nos va y no regresará por uno.